Evolucionaron en Europa durante cientos de miles de años en condiciones de aislamiento geográfico y genético como ejemplo de su extraordinaria adaptación al clima frío del Pleistoceno. Reciben el nombre de Homo neanderthalensis por encontrarse en 1856 un cráneo en el valle Neander (Alemania), aunque cabe subrayar que en 1848 ya se encontró un cráneo “Neandertal” en Gibraltar al cual no se le dio en ese momento ningún valor arqueológico. Hoy Gibraltar es el último lugar donde Neandertal dejó huella de su existencia hace 30.000 años.

Morfológicamente su rostro es característico por su prognatismo medio-facial (cara aplanada), ausencia de pómulos y mentón, cejas sobre relieves muy marcados, frente inclinada y nariz prominente, cuyas fosas nasales actuaban a modo de cámara para calentar y humedecer el aire frío antes de su paso a los pulmones. Su cráneo desde una perspectiva lateral, destaca por un abultamiento o alargamiento de éste llamado “moño occipital”. Su cuerpo voluminoso presenta en sus extremidades acortamiento en antebrazos y también en piernas (por debajo de la rodilla), siguiendo la relación superficie/volumen de la regla de Bergmann como adaptación al clima. Los machos podrían llegar a medir más de 1,80 cm y pesar alrededor de 85-90 kg, mientras que las hembras podían alcanzar el 1,60 cm y alcanzar los 60 kg.
Definitivamente son el tipo de fósil humano más estudiado por los investigadores, ya que se dispone de un variado registro debido a los numerosos yacimientos encontrados en Europa, Próximo Oriente y Asia.
Hasta 1992 el fósil más antiguo encontrado en Europa correspondía a la Mandíbula de Mauer, encontrada en Heidelberg (Alemania) y datada en unos 500.000- 600.000 años. A raíz de este descubrimiento muchos autores defendieron que el primer poblamiento humano en Europa no fue antes de esta fecha ni anterior a Homo heidelbergensis. Para más información :
http://www.civinova.com/2012/02/03/neandertales-los-primeros-pobladores-de-europa/