domingo, 24 de mayo de 2009

Genética y salud. Aportación de Luis Miguel Expósito.

La genética tiene la capacidad de predecir el riesgo individual de desarrollar una enfermedad y avanza con fuerza en la producción de animales y el mejoramiento de los cultivos. "Hoy, el valor predictivo de la genética es enorme. Permite, por ejemplo, que una pareja planifique su familia cuando existe un problema grave de salud y ayuda a conocer la predisposición a padecer enfermedades con manifestaciones subclínicas.

Lo mismo ocurre con los animales y los vegetales", explicó la doctora Lidia Arbeletche de Vidal Rojas, presidenta de la Sociedad Argentina de Genética (SAG). Minutos antes de la inauguración del 36° Congreso Argentino de Genética en la sede de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (Unnoba), la doctora Arbeletche y la ingeniera agrónoma Adriana Andrés, coordinadora de la carrera de Genética de la universidad, dialogaron con LA NACION sobre el estado de situación de una especialidad que evoluciona en los laboratorios bajo la lupa de la bioética.

"Es una ciencia transversal -dijo Andrés-. Abarca a los vegetales, los animales y los seres humanos. Quizá donde más visibles son sus resultados es en la aplicación vegetal o animal, en semillas, razas, tipos de carne, cortes para exportación o reproducción mejorados. No hay que alarmarse con su alcance ni hay que pensar que podrá solucionar todas las enfermedades." Según las especialistas, la genética en la Argentina esta "bastante bien". En algunas áreas, opinó Arbeletche, mejor que en otras. "Los adelantos que se pueden ver en el maíz o en el trigo no son los mismos que en las vacas, porque los tiempos necesarios para obtener resultados son distintos. Y en genética médica estamos bastante bien, pero no todo lo bien que desearíamos", dijo la especialista. Para Andrés, "estamos en el camino correcto y con muy buena formación", coincidió.

Con respecto a los productos transgénicos, la investigadora de Unnoba agregó: "Se ha creado un preconcepto de que son buenos o malos, cuando no son ni lo uno ni lo otro. No podemos decir que haber trabajado con maíces transgénicos o derivados nos haya dado malos resultados -señaló Andrés-. Pero lo que hay que saber, y que a veces se cuestiona por desconocimiento o por intereses políticos, es que aún no están hechas todas las pruebas necesarias para probar, de aquí a 10 o 15 años, si alguno de esos productos tendrá un efecto negativo sobre la salud.

-¿Se pueden hacer esas pruebas?"Se están haciendo aquí y en el mundo, pero se necesita más tiempo para conocer si existen o no efectos secundarios", concluyó.

6 comentarios:

Maria Calero dijo...

Hola, aquí os dejo el link de un video que me impacto. Como estamos viendo la salud como el equilibrio entre físico, psíquico y social os lo recomiendo para esos días en los que crees que no te puedes "levantar". Seguramente muchos ya lo habréis visto.
http://www.youtube.com/watch?v=1NHNyHQM0Sw&feature=channel

María José Morales dijo...

Este video es duro pero nos lleva a ser agradecidos con lo que la VIDA nos ha regalado, y además, sin hacer ningún mérito ¡qué suerte ¿no?

Antonio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Antonio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
cristian dijo...

Células madre de la médula para tratar la angina de pecho
-Los autores señalan que pudieron intervenir otros factores en los buenos resultados
-La terapia con células madre adultas está aún en 'una fase muy rudimentaria'
MADRID.- Aunque los autores han presentado sus resultados con mucha cautela, un estudio publicado en 'JAMA' muestra por primera vez los beneficios sobre la cardiopatía isquémica crónica del tratamiento con inyecciones de células madre de la médula ósea. Hasta ahora, los expertos sólo habían apostado por su uso como terapia para los episodios agudos, como el infarto de miocardio.
Las células madre procedentes de la médula ósea son una fuente terapéutica potencial cuya aplicación se está estudiando en varios campos, entre ellos, la patología cardiovascular. Una de las afecciones para las que se está probando es la isquemia crónica (síndrome que conlleva poco aporte de oxígeno en el corazón y que suele conducir a una angina o a un infarto de miocardio) pero de momento los resultados obtenidos son "contradictorios", según afirman los autores de este trabajo.
Para comprobar su utilidad, científicos del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Holanda) seleccionaron a 50 pacientes que sufrían angina severa y que no podían someterse al tratamiento habitual (revascularización). La mitad fueron asignados al grupo de terapia, que iba a recibir las inyecciones de células de la médula, mientras que al resto sólo se le inyectaría un placebo.
Las células fueron extraídas de la médula ósea de la cresta iliaca de los pacientes. Este tejido es rico en células madre adultas, que han mostrado su capacidad para reparar tejidos dañados. Los participantes recibieron entre ocho y 10 inyecciones en diferentes segmentos del miocardio, el músculo del corazón, y se sometieron a una evaluación de su función cardiaca al cabo de tres y seis meses.
Tras este periodo de seguimiento, los pacientes tratados con células madre de la médula mostraron cierta mejoría. Tanto la perfusión (el riego sanguíneo) del miocardio como la función del ventrículo izquierdo eran significativamente mejores en este grupo. Además, la calidad de vida y la capacidad de ejercicio eran mayores.
Los mecanismos a través de los cuales estas células son capaces de 'reparar' en cierta medida los tejidos no se han analizado en este trabajo. Otros estudios señalan que su diferenciación en otros tipos celulares (músculo liso, endotelio, miocitos...), además de la secreción de factores que promueven la formación de nuevos vasos sanguíneos y otros fenómenos contribuyen a este efecto curativo.
A pesar de los buenos resultados, los investigadores advierten que entre los participantes que sólo recibieron un placebo también se detectaron mejorías, aunque menores, que podrían deberse a "una mayor adherencia a la medicación o al cambio de estilo de vida". Por tanto, otros factores podrían haber entrado en juego.

María José Morales dijo...

Cristian es muy interesante tu comentario. Lo dejo en esta sección porque ya he incluido tu aportación sobre el cáncer.