martes, 5 de mayo de 2009

GRIPE PORCINA. Aportación de Alberto Villar.

La gripe porcina (también conocida como influenza porcina o gripe del cerdo)[1] [2] es una enfermedad infecciosa causada por cualquier virus perteneciente a la familia Orthomyxoviridae, que es endémica en poblaciones porcinas. Estas cepas virales, conocidas como virus de la influenza porcina o SIV (por las siglas en inglés de «Swine Influenza Viruses») han sido clasificadas en Influenzavirus C o en alguno de los subtipos del género Influenzavirus A.

Aunque la gripe porcina no afecta con regularidad a la población humana, existen casos esporádicos de infecciones en personas. Generalmente, estos casos se presentan en quienes trabajan con aves de corral y con cerdos, especialmente los sujetos que se hallan expuestos intensamente a este tipo de animales, teniendo mayor riesgo de infección en caso de que éstos porten alguna cepa viral que también sea capaz de infectar a los humanos.[7] Esto es debido a que los SIV pueden mutar y adicionalmente mediante un proceso denominado reclasificación, adquirir características que les permite su transmisión entre personas.[8] Además, tienen la capacidad de modificar su estructura para impedir que las defensas de un organismo tengan siempre la misma eficacia, ocasionando que los virus ataquen de nuevo con un mayor efecto nocivo para la salud.[9]

Es importante destacar que el brote de gripe H1N1 de 2009 en seres humanos y que se conoce popularmente como "gripe porcina", aparentemente no es provocado realmente por un virus de gripe porcina. Su causa es una nueva cepa de virus de gripe A H1N1que contiene material genético combinado de una cepa de virus de gripe humana, una cepa de virus de gripe aviaria, y dos cepas separadas de virus de gripe porcina.[2] Los orígenes de esta nueva cepa son desconocidos y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) reporta que esta cepa no ha sido aislada directamente de cerdos.[10] Se transmite con mucha facilidad entre seres humanos, debido a una habilidad atribuida a una mutación aún por identificar,[11] y lo hace a través de la saliva, por vía aérea, por el contacto estrecho entre mucosas o mediante la transmisión mano-boca debido a manos contaminadas.[9] Esta cepa causa en la mayoría de los casos, sólo síntomas leves y las personas infectadas se recuperan satisfactoriamente sin necesidad de atención médica o el uso de medicamentos antivirales.


La gripe porcina infecta a algunas personas cada año, y se encuentra típicamente en aquellos que han estado en contacto con cerdos de forma ocupacional, aunque también puede producirse transmisión persona a persona.[20] Los síntomas en seres humanos incluyen: aumento de secreción nasal, tos, dolor de garganta, fiebre alta, malestar general, pérdida del apetito, dolor en las articulaciones, vómitos, diarrea y en casos de mala evolución, desorientación, pérdida de la conciencia y ocasionalmente puede terminar en la muerte.

Para ver la actualidad de esta enfermedad en España puedes ver el siguiente vídeo: Salud al día: La gripe porcina.

3 comentarios:

Maria Calero dijo...

Muy interesante el artículo, sobre todo para tener información acerca de la gripe porcina. Aquí os dejo un video por si queréis informaros mas, aunque también habla acerca de los síntomas de la gripe. Espero que no los padezcais ninguno.
http://www.youtube.com/watch?v=pgmfPn0INr0&feature=related

Elena dijo...

La invasión silenciosa de las medusas.( tema interesante, ya que para muchos de nosotros se acercan los dias de playa, donde podemos encontrarnos con estos seres vivos)


Como cada primavera, ya ha empezado a poblar las aguas costeras el plancton gelatinoso, cuyos representantes más conocidos y temidos son las medusas. Este fenómeno natural, que se ha hecho más pronunciado en varias zonas debido a factores como la sobrepesca, podría ser algo más suave este año, al menos al principio del verano, debido a que las abundantes lluvias del invierno podrían acabar traduciéndose en un cambio en la salinidad de las aguas costeras.

Según explica Verónica Fuentes, del Instittuo de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona, un año lluvioso como este podría suponer una menor presencia de medusas al principio del verano, "pero al final, la barrera de agua dulce fruto de la escorrentía de los ríos y acuíferos también se diluirá". "Con la información con la que contamos hasta el momento no hemos podido correlacionar los resultados de avistamientos de medusas con ningún factor físico". A su juicio, "parece confirmarse que la salinidad, más que un efecto sobre la aparición temprana de medusas, puede tener consecuencias sobre la posibilidad de que determinados bancos de medusas que se encuentran en mar abierto puedan acabar siendo arrastrados hacia la costa".

La investigadora señala, que no se puede afirmar que las medusas estén llegando a las costas antes de tiempo en los últimos años. "La serie de datos de la que disponemos hasta el momento no nos permite decir si el incremento de temperatura o de salinidad en el mar Mediterráneo ha provocado una aparición más temprana de las medusas".

Los expertos saben que los cambios en la temperatura y la salinidad, junto con la cantidad de alimento disponible, influyen en los ciclos vitales de los organismos planctónicos, pero por el momento desconocen de qué forma lo hacen en los miembros gelatinosos de este grupo de seres vivos. "En el ICM estamos haciendo experimentos para comprender mejor cómo influyen éstos y otros factores en la reproducción y proliferación de medusas". Por ahora, algunos grupos como el de la profesora Jennifer Purcell, del departamento de biología marina de la Universidad Western Washington de Estados Unidos, ya han podido comprobar que el incremento de temperatura, la presencia de nutrientes y la irradiación solar, que favorecen la proliferación de algas unicelulares, son factores clave para el incremento de los pólipos situados en el suelo marino (bentos) que liberan pequeñas medusas al entorno. "Sin embargo no todas las especies de medusas se comportan de la misma forma; puede que en lugares distintos los factores ambientales que las afectan sean diferentes y afecten de otra forma a su reproducción y crecimiento". Otro factor que parece clave es el viento. Atienza explica que "una de las especies de mayor interés social por su picadura, la Pelagia noctiluca, llega a las costas por efecto de las corrientes y, por supuesto, de los vientos, principalmente gracias a las brisas que soplan del mar hacia la costa. "Hemos realizado análisis en los que hemos relacionado los datos de los avistamientos desde el año 2000 al 2007 con los datos de viento y hemos visto coincidencias significativas, aunque todavía falta profundizar sobre el tema", añade esta experta.

Más que picaduras
Pese a que son las picaduras lo que atrae la mayor parte de la atención sobre estos parsimoniosos pero sin duda voraces organismos, mucho más primitivos que peces, reptiles y mamíferos, sus efectos no se circunscriben al sector turístico. También pueden tener un importante efecto económico en la acuicultura (Irlanda registró la muerte de más de 250.000 salmones por un boom de Pelagia noctiluca); la pesca (sólo en las costas de Namibia hasta un 90% de las capturas pueden estar constituidas por medusas) e incluso en el tráfico marítimo, como lo demuestra el ejemplo del puerto de Tokio, que ha llegado a estar cerrado casi tres días por debido al colapso de los sistemas de refrigeración de los buques por la enorme masa gelatinosa aglutinada en su interior.

Faltan estudios
Fruto de las consecuencias de esta invasión silenciosa y del interés científico, la información sobre estos organismos es cada vez más consistente, aunque sigue siendo insuficiente.

En el caso de España, Fuentes indica que sólo se están realizando numerosos muestreos sistemáticos en la costa de Catalunya. De hecho, el ICM dispone de todos los datos que ha recogido la Agencia Catalana del Agua (ACA) desde el verano de 2000 en las zonas comprendida entre Roses y LEscala, Barcelona y Calafell y desde Salou hasta Cambrils, que son las que han sufrido más los efectos de las medusas en los últimos nueve años.

Sin embargo, los científicos consideran que parece que la Administración central, y en concreto el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, todavía no acaba de tomarse en serio el problema. Tanto Atienza como Fuentes aseguran que, más allá del llamado Plan Medusas, el conjunto de medidas de choque puesto en marcha en 2007 contra la proliferación de estos organismos en las costas españolas, "no se ha realizado ninguna acción más financiada por el Ministerio".

Estas investigadoras resaltan que, por lo tanto, siguen quedando compromisos pendientes en este terreno, especialmente en la parte que consideran más importante: el estudio en mar abierto de la abundancia, proliferación, desplazamiento y alimentación de las medusas.

En definitiva, todavía faltan por atar muchos cabos que permitan profundizar más en las causas de la proliferación del plancton gelatinoso, así como en los efectos que tiene este fenómeno en las costas españolas y de otros países. Mientras, los científicos que hace décadas trabajan en su seguimiento perseveran aunque la respuesta desde algunas instituciones sea magra y lenta.

cristian dijo...

El cambio climático podría agravar las alergias y el asma.

El calentamiento global provoca que las temporadas de polinización sean más largas, crea más ozono en el aire, e incluso amplía las áreas en las que proliferan los insectos, lo que pone a un mayor número de personas con alergias a las abejas en mayor riesgo, señalan los expertos.

"El cambio climático causará impactos en cada área. Las áreas húmedas tendrán más humedad, y los climas secos se volverán aún más áridos", advirtió el Dr. Jeffrey Demain, director del Centro de inmunología, asma y alergias de Alaska, y profesor clínico asociado de la Universidad de Washington.

Estos cambios significan que un mayor número de personas con alergias y asma sufrirán más. En las áreas húmedas aumentarán las alergias al moho, mientras que en las áreas más secas, el polen y otros irritantes transportados por el aire serán un mayor problema, apuntó.

El mes pasado, la Agencia de Protección Medioambiental de EE. UU. anunció que se cree que el dióxido de carbono y cinco otros gases de efecto invernadero son peligrosos para la salud humana. Este hallazgo podría conducir eventualmente a cambios en pro del medioambiente, como regulaciones para energías más limpias y vehículos con un uso más eficiente del combustible.

Sin embargo, ahora mismo los problemas causados por el cambio climático ya son evidentes, sobre todo en Alaska, dijo Demain.

"Se observa un cambio significativo en el ecosistema debido al aumento de las temperaturas en invierno", apuntó. "En promedio, las temperaturas en Alaska han aumentado 6.4 grados en invierno y 3.4 grados en total. Y mientras más pronto se derrita la nieve, más temprano comenzará el ciclo de polinización".

Además de que las temporadas de polen son más largas, las plantas y los árboles están cambiando con el aumento de las temperaturas. Demain dijo que calcula que el 90 por ciento de la tundra de Alaska estará cubierta por árboles en 2100, y que los tipos de árboles más comunes también están cambiando.

El aumento de las temperaturas también atrae a los insectos. En el pasado, Alaska no tenía muchos insectos que causaran picaduras. Sin embargo, destacó Demain, en el norte de Alaska se ha observado recientemente un incremento de 620 por ciento en el número de personas que buscan atención médica por picaduras de abejas.

Aunque la experiencia de Alaska quizá sea más llamativa que en el resto de Estados Unidos, definitivamente no es la única región que está experimentando cambios.

"Ahora tenemos inviernos más calientes y húmedos, lo que conduce a primaveras más largas y a un incremento en los alérgenos estacionales", dijo el Dr. David Peden, director del Centro de medicina medioambiental, asma y biología del pulmón en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

Peden también destacó que los niveles de ozono son más altos, lo que causa más síntomas de asma.

Así pues, ¿qué puede hacer para protegerse? Tanto Peden como Demain están de acuerdo en que estar consciente del problema es el primer paso. Lo siguiente es saber a qué es alérgico específicamente y luego conocer los ciclos del polen y del moho para tomar las medidas de lugar cuando los niveles de estos alérgenos sean elevados.

"Los niveles de polen generalmente son más altos por la mañana, pero los de gramíneas son elevados tanto en la mañana como en la tarde. Si es alérgico a un árbol o hierba, planifique sus actividades al aire libre para la tarde o al caer la tarde. Si es alérgico a las gramíneas, quizá prefiera planear su actividad al aire libre para el mediodía. Los días calurosos, soleados y secos son los que tienen la mayor cantidad de polen", dijo Demain.

Desde luego, no siempre es posible estar dentro de la casa, y hay tratamientos disponibles que pueden ayudarle a convivir con las alergias y el asma.

"Tan trivial como pueda sonar, si tiene una enfermedad alérgica o asma, consulte a un alergólogo para que pueda recibir una terapia óptima así como información sobre las preocupaciones estacionales. Si vive en un área con temporadas de polen prolongadas, las inyecciones para alergias podrían ser útiles", subrayó Peden.

"El clima está cambiando y lo hace a un ritmo sin precedentes. Tanto si es un ciclo natural como si los humanos son la causa, tenemos que reconocer que es un problema real", dijo Demain, que agregó que "cada pequeño paso [como usar bombillas fluorescentes compactas o conducir menos] es importante. Si todos damos ese paso, podemos tener un gran impacto".